¡¡Feliz Jueves!!
Comenzamos la mañana con mucho entusiasmo. ¿Y qué mejor para un día que se augura tan soleado y bonito que una nueva ración de Él? Estoy segura que lo echaban de menos. Pues vamos allá.
El parásito
Paranoia - Parte 2 (A.A.)
«Siempre les hablo de
las consecuencias de Él. De cómo me ha afectado desde su aparición o desde la
toma de consciencia de su existencia pero esto no ha sido siempre así.
"Cuéntales."
— A eso voy. Para.
Aunque antes no me
hablase con palabras, lo hizo de otra forma. Sois afortunados al no oír como ríe
divertido. No puedo acceder a sus pensamientos como Él lo hace a los míos pero
sé, o más bien intuyo, porqué se ríe.
Durante años me ha
influido. No lo he llamado Alfa por nada. Ha estado allí. Ha sido cada
pesadilla que me acompañó. Lo he dicho desde el principio. He tenido pesadillas
desde que tengo uso de razón, quién sabe de dónde procede Él.
"Quién sabe."
— Si no vas a decirlo,
déjame en paz.
Sois afortunados al no
tener su voz a cada instante. Es un susurro constante en la mente que araña mi
cordura y me hace enloquecer. Por eso le respondo con palabras. Hacerlo con
pensamientos es estúpido. Sería como hacer gestos a un ciego o señales de humo
en un incendio. Él domina mi mente, la ha hecho su hogar y si quiero ser yo
misma tengo que exteriorizarme. Por eso les escribo, este es mi grito desesperado
de auxilio. Mi nota de despedida ante lo inevitable. Sea lo que sea.
"Qué dramática."
— ¡Cállate!
Él estuvo desde
siempre en mis pesadillas. Mi infancia era un pánico atroz a la hora del sueño
porque sabía que en cuanto cerrase los ojos estaría allí. No Él, pero sí algo. Veía
las sombras moverse, oía susurros. Había monstruos en las tinieblas pero era
solo una niña con demasiada imaginación y eso fue lo que creí. Las manos frías,
los demonios, todo eran creaciones mías. Fue terrorífico.
Nadie ve las sombras
moverse, nadie oye los gritos pero todos están en la misma habitación. ¿Es que
nadie oye ese susurro? ¿Es que no han visto ese giro en la luz? ¿¡Soy la única
que ha sentido ese escalofrío!? Sí. Nadie los ve, solo tú. Porque nadie tiene a
Él susurrándoles, tocándolos con sus manos frías. Solo tú.
Luego creces y llegan
otros miedos. Susurros contra tu entorno. Ése te odia. Aquel te mira mal. Te
desprecian. Nadie te quiere. No vales nada. El silencio
es mejor que oírte respirar. Sus palabras son veneno, una a una, sin siquiera
hablar pero están ahí y te contaminan. Lento, gota a gota, como una piedra que
se desgasta y tus venas comienzan a sentir un hormigueo. Las miras y el
cosquilleo aumenta.
Las yemas de tus dedos notan el frío metal de una cuchilla,
conocen las presión exacta, el movimiento, saben cómo será el dolor: punzante,
frío y luego el cálido recorrido de la sangre. Si dejas las muñecas bajo el
agua, ésta saldrá veloz. Será como dormirse. El pulso descenderá y sentirás un
frío que llenará tu cuerpo poco a poco, primero por la espalda y luego las
mejillas, hasta que te vayas durmiendo lentamente. Entonces...
Todo habrá
pasado. Silencio.
Alguien entraba en la
habitación, llama tu nombre, un ruido brusco. Cualquier cosa podía suceder.
Despertaba de ese sueño real. Estaba viva y el corazón se disparaba. ¡Había
conseguido ralentizar!
Me aterrorizaba vivir,
me aterrorizaba dormir, mi entorno, la gente. Desconfiaba de todos. Aprendí a
sobrevivir a ellos, todo gracias y a pesar de Él.
"No les aburras.
Háblales de la tormenta."»
Espero que lo hayan disfrutado, en breves viene una nueva entrada de nuestro querido Ariel y mañana más de Él. ¡Saludos!
¡Hola Maga! Wow, fue muy intenso el relato, me atrapó desde el principio y realmente me gusto mucho, voy a leer las otras partes porque intuyo a que se refiere pero tengo ganas de saber más asi que no te vas a librar de mi jajajaja. ¡Besos!
ResponderEliminar¡Hola Bel! Me alegro muchísimo de que te haya gustado el relato. Muahahaha, quiero que la lectura se convierta en adictiva. Espero que las otras partes también te gusten. Subiré la continuación del relato en breves.
EliminarBesos ^^